Tarea 5.
Desde su nombre este artículo resulta retador. Y es que la Agenda 21 puede llegar a ser no solamente una guía para aplicación de principios, sino una verdadera prueba para el ámbito social del desarrollo sostenible, teniendo en la subsidiariedad y la cooperación dos potenciales aliados, o dos obstáculos, según las circunstancias.
Parece ser que los procesos de participación ciudadana liderados por autoridades locales, como una propuesta de intervencion de abajo a arriba son interesantes oportunidades de evaluar el capital social de las sociedades alrededor del mundo.
Por otro lado resulta preocupante observar que las desigualdades y asimetrías en el papel que juega  la ciudadanía al implicarse en estos procesos de implantación responden a los más diversos factores: educación, hábitos, percepciones, actitudes, conductas previas, identidad de intereses y de objetivos; información, costos de transacción, y las reglas de juego de los mercados en cada comunidad.
Es claro que procesos  participativos pueden ayudar a la transformación de las estructuras políticas y administrativas de estas sociedades, pero no garantizan el logro por sí mismos.
Este artículo enfatiza el particular establecimiento de objetivos, metas, e indicadores, que es deseable dada la variedad de líneas de base que deben establecerse, y de la diferenciación entre los problemas de cada ciudad; pero son estos mismos enfoques los que hacen surgir protagonismos de los grupos dominantes, pudiendo desdibujar los resultados de un claro ejercicio  equitativo de participación ciudadana.
Asimismo se percibe que en la intervención de entidades y administraciones regionales o supramunicipales, que son más poderosas en financiamiento y en cobertura mediática, los procesos comienzan, debido a estas mismas cuestiones, a partir "desde arriba" debilitando la participación del ciudadano de a pie y el mismo principio de subsidiariedad, que debe funcionar en ambos sentidos.
En todo caso  AL21 parece enfrentar hoy algunos de sus mayores retos, dadas las decisiones adoptadas por la Comisión Europea de bloquear la ayuda económica destinada a la Campaña de Ciudades Sostenibles; se aducen problemas administrativos, pero estas decisiones pueden llevar, paradójicamente, a magnificarlos.
Por último, el hecho de mantener redes ya existentes y "fórmulas " asociativas parece no ser suficiente para encarar el escenario que se vislumbra; y la ampliación en el número de socios funcionará en tanto estos lleguen para abonar en los retos planteados al principio: cooperación, como un principio que supone identidad (o, al menos alineación) de intereses y de objetivos;  y subsidiariedad como un elemento que debe operar en ambos sentidos "arriba-abajo". En este proceso se podrán identificar claramente los valores que sustenta cada comunidad participante.
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