martes, 1 de abril de 2014

Ética de la actividad profesional en el ámbito gubernamental. Curso: Ética y Gobierno



Parece ser que las actividades profesionales van surgiendo según ciertas necesidades de supervivencia, e interrelacionándose conforme nuestro conocimiento de la vida madura, y según seamos educados.

En esta etapa productiva, a la par de la docencia, nos encontramos desarrollando un proyecto de investigación relacionado con las políticas públicas en materia de educación ambiental, llevando la administración de una empresa de servicios para proyectos, y de construcción de inmuebles; y participando en la política local.
Pero el tema del presente trabajo trata principalmente sobre el desempeño en la gestión pública estatal, en el tema de la obra pública durante seis años (2001 a 2007); y en el orden federal, en el ámbito del medio ambiente durante otros cuatro años (2007-2011).
Todas esas actividades implicaron una continua toma de decisiones que afectaron de una u otra manera a terceros, y a mí mismo. Es durante el transcurso de estos procesos, que presuponen siempre la distribución de beneficios y costos para otros, cuando uno se pregunta una y otra vez cuáles son los valores que rigen su vida y qué testimonios vamos heredando a nuestros hijos.
Cuando uno se desempeña como empresario en el sector privado se toman decisiones que atañen a la empresa, a los empleados, a los clientes; en la escuela los alumnos reciben una buena parte de la carga emocional de nuestro quehacer profesional, aparte de la experiencia que podemos transmitir; en el sector público nuestras decisiones afectan a una gran cantidad de ciudadanos que buscan soluciones, no siempre éticas, a sus problemas; y en el tema de la investigación se pone a prueba nuestro carácter al momento de poder probar, o no, lo que se propone. En cada uno de estos casos ponemos en juego nuestros valores morales y la ética con la que nos conducimos.

Obra pública y desarrollo urbano.
Una actuación en el sector de la obra pública debe orientarse a cuestiones como construir infraestructura con la misma calidad, tanto en la comunidad más lejana del interior del estado como en la capital yucateca, poniendo especial cuidado en las características que les permitan ser accesible a las personas con capacidades diferentes; a entregar espacios públicos educativos y de salud con una calidad similar o superior a los que brinda el sector privado. Espacios funcionales y dignos tanto para quien brinda el servicio público correspondiente como para el usuario: educando o paciente.
La ética tiene que ver, asimismo, con la voluntad de un gobierno que tenga como una de sus políticas de infraestructura la de cubrir y hacer eficientes las 24 horas de la jornada del ser humano que se reparten entre el trabajo, el tiempo que dedica a la familia, a la sociedad y a uno mismo, el descanso, y  los traslados necesarios para efectuar todas las anteriores actividades.
En la actuación del funcionario público debe corresponder lo dicho con lo hecho, como una mínima cuestión de congruencia. Así que pongo algunos ejemplos clarificadores: ejecutamos las consolidaciones de las Universidades Tecnológicas Metropolitanas en Mérida y Tekax, las nuevas instalaciones para el Instituto Tecnológico de Mérida y para la Universidad de Yucatán, así como el Centro de Investigaciones Pesqueras de la UNAM en Sisal, municipio de Hunucmá; las nuevas escuelas preparatorias en Mérida y las instalaciones de la Universidad de Oriente, en Valladolid; la rehabilitación de dos inmuebles que prestan servicios prioritarios de salud pública para la población abierta: el Centro de Salud y el Hospital Materno Infantil, los dos en Mérida.
El hospital de la Amistad, co-inversión de los gobiernos de Corea y Yucatán fue el comienzo de una verdadera reestructuración de la infraestructura del sistema de salud, dando servicios pediátricos y obstétricos a la población del sur del municipio de Mérida; fue, en el año 2005,  la primera instalación hospitalaria nueva construida por un gobierno estatal  en  Yucatán en 20 años; a ello se añadieron: un hospital de primer nivel en Ticul , otro en Peto, las remodelaciones de: el hospital de ortopedia en Mérida, y el San Carlos en Tizimín, la construcción de hospitales de segundo nivel en Valladolid (60 camas), y Tekax (30 camas).
Sin embargo, la principal acción de gobierno realizada fue, en sí, la nueva red de infraestructura de salud que se complementó en el año 2007 con el proyecto del Hospital Regional de Alta Especialidad, de 170 camas y expandible hasta 220, el primero de su tipo en el país, vanguardista en su tecnología y apegado a nuestro carácter y a nuestras costumbres en su concepción médico- arquitectónica.
En el ámbito de la infraestructura de seguridad pública, considerada hoy como uno de los mayores activos sociales del estado, obras como el nuevo Centro de Rehabilitación Social Femenil en Mérida, y las modernizaciones en los Centros de Rehabilitación Social de Ebtún, Tekax y Mérida, fueron decisiones tomadas acorde con lo que necesita el ser humano que ha fallado en el cumplimiento o el respeto a la ley para sentirse en medio de un verdadero proceso de preparación para reincorporarse a la vida social.
 La planificación y construcción  del primer Complejo de Seguridad Pública marcó un cambio en la concepción de los edificios, con el objetivo de que pudieran integrarse y compartir servicios ya que brindan atención a aspectos comunes del quehacer gubernamental. Se trata de un moderno conjunto en el que se incluye la nueva sede de la Procuraduría (ahora Fiscalía) General de Justicia con equipamiento de alta tecnología, la nueva sede de la Procuraduría General de la República, el edificio de la SPV (ahora Secretaría de Seguridad Pública) que es, en sí, un complejo de más de 33,000 metros cuadrados cubiertos; todos ellos con infraestructuras compartidas más eficaces y eficientes; y el ahora llamado Centro Especializado en la aplicación de Medidas para Adolescentes, que cuentan con redes eléctricas subterráneas, y figurando entre las primeras medidas que tomó el gobierno estatal en la construcción de edificios públicos para evitar afectaciones similares a las que dejó a su paso el huracán Isidoro en el año 2002.
En el aspecto de la seguridad jurídica, se mejoró el rendimiento de la jornada de trabajo de los ciudadanos con las  instalaciones del Complejo de Seguridad Jurídica en donde las personas pueden resolver múltiples trámites relacionados con: Registro Público de la Propiedad, Catastro, Diario Oficial y Archivo Notarial, sin tener que ir al centro de la ciudad.
Algunas de las actividades que el ciudadano dedica a su propia cultura física las llevan a cabo ahora también en instalaciones modernas como el multi-gimnasio diseñado para desarrollar más de diez disciplinas e integrado a la Unidad Deportiva Kukulcán. Este puede ser un ejemplo de actuación en favor del ciudadano al no discriminar la infraestructura existente sino mejorarla y modernizarla, sin distingos partidistas por la génesis de las obras.
En materia carretera no solamente se dio la tradicional prioridad a la rehabilitación y conservación, sino que se modernizaron o construyeron nuevas más de 750 kilómetros, mejorando sus alineamientos horizontales, verticales, anchos, grado de curvaturas, para transformarlas en vías modernas, seguras, confortables, respetuosas del patrimonio cultural-arqueológico, y compatibles con el medio ambiente; uniendo a 63 municipios, el 75 % de los cuales es de alta y muy alta marginación. A esta extensión se suman 330 kilómetros de vías terminadas en el estado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en estrategia conjunta.
Ejemplos fueron: el tramo Teabo-Peto, con una extensión de 52 kilómetros, las vías Mérida-Tizimín, Espita-Cenotillo, Dzonot Carretero-San Miguel, Umán-Kinchil, Tunkás-Quintana Roo, Teabo-Mayapán, así como la zona donde se ubica el circuito de microregiones de alta marginación: Peto, Tahdziú, Timul, Nenelá ,Tixméhuac y Tixcacaltuyub-, las primeras etapas de los periféricos de Tizimín y Valladolid, el tramo de acceso a la zona arqueológica de Ek Balam, y los tramos de Ticul-Sacalum, Valladolid-Kanxoc, Sotuta-Cantamayec, Chapab-Ticul, Suma-Teya, Conkal-Yaxkukul, Ekmul-Euán; asimismo están: el Periférico de Mérida, la vía Mérida-Progreso, las vías Umán-Muna-Uxmal, Mérida-Kantunil, Teya-San Antonio Tehuitz, Euán-Muxupip, Tizimín-Colonia Yucatán, Uayma-Santa María Aznar, Pustunich-Tabi, Colonia Yucatán- límites del Estado. Aquí vuelve a distinguirse una política de equidad, pues casi todos son municipios que no cuentan, aún hoy, con recursos propios para realizar este tipo de obras entre sus cabeceras y sus comisarías; otro aspecto que tiene que ver con la ética de la actuación pública.
Respecto a la rehabilitación de vías afectadas por los huracanes Isidoro y Wilma, se atendieron unos 626 kilómetros, principalmente en el llamado Cono Sur, por ejemplo los tramos: Mesatunich-San Juan Tekax y Tzucacab a Noh- Bec;  en la zona noreste Temax-Dzilam González, Panabá-San Felipe y el entronque Tizimín-Río Lagartos-Dzonot Carretero, Dzonot Carretero-entronque Colonia Yucatán-El Cuyo, Colonia Yucatán- El Cuyo.
Este proceso de decisión para una red carretera más eficiente estuvo apoyado en la entonces novedosa “Ley de Vías Terrestres”, decretada por el gobierno estatal en el período de la anterior administración.
No menos importantes fueron  las acciones, en 50 municipios, para la conservación del patrimonio cultural-arquitectónico: en templos que fueron construidos entre los siglos XVI y XIX, y en otros edificios entre los que  se destacan: el centro de trabajo social Stella Maris, en Progreso, el centro de investigación de la Unidad de Ciencias Sociales y Humanidades de la UNAM ubicada en el ex-hospital Rendón Peniche, en esta capital, y el templo del convento de Santo Domingo, en Uayma, donde se ha reconstruido la estructura de bóveda de cañón a la usanza tradicional, las restauraciones de los templos de Ucí, en Motul, y Tiholop en Yaxcabá; las obras de restauración de la Ex estación de Ferrocarriles para la Universidad de la Artes,  la de Teatro Daniel Ayala Pérez y la del edificio de la Academia anexo al Congreso de Estado. Con este criterio de actuación se logró revertir una tendencia, acumulada por siglos, de falta de atención al patrimonio cultural arquitectónico de los yucatecos.
El éxito de todas estas acciones y políticas públicas se debió en gran parte al cumplimiento de una planeación participativa con las organizaciones de la sociedad civil, que cristalizó en un Programa Estatal de Infraestructura y Desarrollo Urbano y en un Programa Estatal de Preservación del Patrimonio Cultural Arquitectónico, que contribuyeron a dar legitimidad a los proyectos y a poner objetivos y metas disciplinadas en el trabajo diario.
La ética tiene que ver con reportar obras terminadas y en funcionamiento, o parcialmente terminadas pero que puedan utilizarse así por la población; ejecutadas con recursos propios o apropiados, o cuando al menos hayan sido planificadas, proyectadas, y gestionadas plenamente.
Tiene que ver también con el compromiso de haber identificado algunas de las oportunidades que se le abrían a un gobierno posterior, y habérselas comunicado oportunamente:
•        Un mejor sistema ciudades y de servicios urbanos para las poblaciones del interior del estado.
•           El mayor equilibrio del crecimiento entre regiones del estado con el apoyo de obras de infraestructura en sitios estratégicos.
•           Un desarrollo urbano articulado con el rural.
•           Continuación en el diagnóstico y la conservación de los recursos naturales de la infraestructura (playas y energías renovables)
Y para finalizar con este aspecto de la obra pública, se puede anotar que la ética tiene que ver con dejar perfectamente identificados los recursos, fondos y fuentes, para finalizar las infraestructuras que quedaron pendientes; así como las autorizaciones técnicas correspondientes emitidas por autoridad competente en la materia. Tal es el caso de los hospitales de segundo nivel de Tekax y Valladolid.

Medio ambiente y recursos naturales.
En otro tema de la gestión pública puede analizarse una política pública innovadora en materia de medio ambiente: la recuperación inicial de la dinámica  de playas en más de 15 kilómetros de la costa norte del estado, llevada a cabo durante los años 2005 y 2006.
Por otra parte, el proyecto de la recuperación de playas 2010-2011 fue autorizado apegándose al principio precautorio ambiental, de común acuerdo con UNAM, y no por las presiones de grupos políticos ligados a los comités de vecinos. Una actuación ética tiene que ver con los proyectos del nuevo Malecón de Progreso, del Parque Científico y Tecnológico, y del Puente de las Coloradas que fueron autorizados hasta que fueron presentados en una versión viable ambientalmente, y cumplieron la ley; no de la forma como los promoventes originalmente querían, aun tratándose de otra autoridad gubernamental; o por las presiones políticas ejercidas ante las oficinas centrales del sector medio ambiente federal.
Otro aspecto de la ética tiene que ver con declarar ante la prensa siempre apegado a lo que dice la ley, y decir lo que se opina de los problemas y cuestiones ambientales, aunque esto no agrade al patrocinador del periodista o del medio de comunicación.
 Tiene que ver con autorizar obras o acciones ambientalmente viables sin importar que el promovente sea un amigo, una empresa influyente, u otro orden de gobierno no afín al nuestro.

Proyectos de investigación.
Ética para los proyectos de investigación tiene que ver con que se involucren en mostrar lo más claramente posible los impactos ambientales transformados a costos y beneficios sociales y privados, señalando quien debe pagar los costos y quien debe recibir los beneficios en cada caso. Tiene que ver con presentar conclusiones que reflejen los problemas actuales de la gestión ambiental gubernamental y recomendaciones concretas para mejorarla. Tal es el caso del proyecto de investigación que llevamos a cabo actualmente: “Desarrollo de un instrumento de evaluación de los impactos económicos generados por una estrategia de aprendizaje, para una política de educación ambiental en la ciudad de Mérida, Yucatán” (enfoque a partir de la Teoría del Desarrollo Sustentable).

Docencia.
En la docencia la ética profesional tiene que ver con el empeño por enseñar y aprender junto con nuestros alumnos, con enseñar y aprender a trabajar, a innovar; enseñar a modificar nuestras conductas cuando lo amerite y a tomar decisiones; a  diseñar y analizar proyectos, a identificar objetivamente sus beneficios y sus costos, y a diseñar los controles para poder  modificarlos a tiempo. Tiene que ver con identificar minuciosamente los beneficios sociales y los costos privados con el objetivo de no caer en el garlito de privatizar los beneficios y socializar los costos. Finalmente creo que la ética de la enseñanza y la educación residen en buena parte en la formación de estudiantes y sociedades capaces de aprender.

La pregunta concluyente podría ser:¿a qué sana distancia nos movemos de la minoría hipermoralista enfermiza y de la mayoría maquiavélica para poder construir una ética de la responsabilidad pública con nuestro diario quehacer?